Voy a estar un rato en tu entrepierna, acostúmbrate al embate. Quiero que obedezcas órdenes superiores de placer, Íntimas migajas dejaré en tus labios. La lengua será salvaje y no perdonará las secreciones. Dentro de esa roja oscuridad venérea esparciré mi luz de muerte y gozo
Ven al eclipse blanco del cíclope, al despilfarre de vida líquida, al nacimiento de ríos chorreantes, a su muerte en nubes de sudor, a su resurrección en el ataque de las víboras
Ven a la evangelización palpitante del escroto, al fusilamiento de los ojos ciegos, al sangrado importante del tímpano que soporta un susurro más
Voy a estar en tu entrepierna meditando si te dejo vivir o compartes conmigo la
muerte

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