Y valiente. En tu casa. En tu puerta. Eso acecha. No lo borras, eres valiente. No lo callas, Raúl. Quiero ser tú, escribir en mi frente la calavera. Es ya una obsesión, pero, ¿qué más podría ser?

Las sórdidas puertas vacías nunca conducen a la luz. Y un nudo en la garganta derretida de miedo



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Lalo Santos Facebook Twitter