Sin
armas ni leyes de la física que rijan el espacio, los cuerpos son
tan libres como en una noche artificial de caricias. Sin armas, sin
ropa, dan el salto grande, brinco pautado de neumonías, toque de
queda para los tejidos, expropiación de las mucosas. Sin armas, sin
amor, las extremidades ciegas deambulan temerosas
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)

0 comentarios:
Publicar un comentario