Hablo
de tu piel actualizada, aquella que fue tu capa en los momentos
de la fuga. Hablo de tu mirada fija en una sequedad y de las caricias
aquellas, en un cuarto repleto de luz, que nos dimos sin amor.
Inevitable tener tu rostro frente al mío. Y detrás de esa piel toda
una crisis venturosa
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