Retorno — by G Santos on

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Regreso. Vuelvo. Me siento como Ulises. Más bien me siento como uno de sus compañeros cautivo por Circe, como si hubiera escapado de la bruj...

De tan fugaz casi eterno — by G Santos on

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Volver otra vez a esa conjura silenciosa de felicidades y creer por fin en su existencia. Una vez muerto en mis entrañas, saberme madre...

El soporte de las ruinas — by G Santos on

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Cuando una mueca amarga y vieja haga estallar al mundo, las risas serviles, pequeñas y multitudinarias hablarán del suceso. Al arrullo ...

Allí — by G Santos on

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Sólida serpiente nada en la simpleza del viento anida tu mirada allí donde el movimiento no cesa

Una mancha, unas tintas — by G Santos on

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No hay necesidad de salir y dejar atrás la mancha de tinta sobre el papel. Una línea que en realidad es un círculo. Un territorio, recu...

La propagación — by G Santos on

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Tláloc, energúmeno de las corrientes de aire, sabe que su alabanza es sempiterna. Aún sin aire, la canción encuentra el modo de propaga...

En los momentos de la fuga — by G Santos on

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Hablo de tu piel actualizada, aquella que fue tu capa en los momentos de la fuga. Hablo de tu mirada fija en una sequedad y de las cari...

El miedo a los espejos — by G Santos on

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De ti obtuve el miedo a los espejos y a los caballos alados. El granito no lo iba creando yo, brotaba — debes saberlo —  consustancial ...

Brinco pautado de neumonías — by G Santos on

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Sin armas ni leyes de la física que rijan el espacio, los cuerpos son tan libres como en una noche artificial de caricias. Sin armas, s...

Volutas temerosas — by G Santos on

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Encuentro capilar con la niebla. El discurso se propaga por las hendiduras del aliento y de las heridas. Ebrias, las volutas han perdid...

Es mar — by G Santos on

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Es el mar quien atenta contra la quietud. Allá sólo tu mirada permanece inmóvil porque se deja raptar por el recuerdo

Las cordilleras apagadas de un sueño — by G Santos on

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Dentro de la Geografía existe una rama: aquella que estudia las costas efímeras, los golfos producidos por una repentina caída libre y ...

Esos gritos que hacen letras — by G Santos on

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Se abren ante ti las formas de las letras que no quieres repetir. El color es lo de menos, sabes que vienen por ti: danza, lanzan grito...

Mantegna — by G Santos on

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Mantegna lo ha dicho ya, pero en la repetición está la esperanza de lo nuevo

Un trozo de noche — by G Santos on

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Es luz lo que se escapa ante cada vuelo inverso. Es hilo de luz lo que compone la cuerda, no tensa, sino erecta, lista para la cópula c...

Días imaginarios — by G Santos on

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Forman tus nubes paisajes tiernos que un infante imagina. Parado ante el eclipse de los días, nadie puede más que imaginar el futuro ...

Mi camino — by G Santos on

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Ahora, que ya ha sido tu turno, me corresponde a mí negar la verdad. Diré que las sombras luminosas marcan mi camino. Mencionaré tu bo...

Agua primera — by G Santos on

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Todo indica que será un líquido primitivo el que escurra por tu piel. Un cuerpo lleno de los regalos de la humedad, repleto de los pres...

Otra más — by G Santos on

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No temo dar otra vuelta más, temo que pueda dar otra vuelta más

Viento indolente — by G Santos on

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No hay necesidad de sol cuando el sol ha descendido a los abismos. No hay necesidad de luz si la noche ha cercado ya tu día. Este y el ...

La tarea de Adán — by G Santos on

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Todavía estamos ante la tarea prístina de Adán. Aun cuando las cosas ya poseen nombres, se hace necesario pronunciarlos en el momento i...

Intercambio de la gravedad — by G Santos on

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Es todo lo que pudo ser. No es un amasijo de excremento, es vida consumada y muerte que se sublimó antes de nacer. Vida y muerte que se...

La noche — by G Santos on

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El cielo nocturno no necesariamente es negro ni yace sobre tu cabeza oscilante. Muchas veces pisas las noches en medio del día, y ell...

Tu nombre — by G Santos on

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Si de tu nombre la letra fuera rosa, si de tu nombre exhalaran perfumes dulces, si de tu nombre prístinas espinas, si de tu nombre sang...

Siempre ignorada — by G Santos on

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Hay un sempiterna guerra que se libra sobre nuestras cabezas, siempre ignorada, evidente siempre. Bajan al suelo las almas más nobles, ...

El crecimiento — by G Santos on

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Un. Un. Uno. Dos luego. El crecimiento. No voy a hablar de espirales. Voy a jugar desde la línea, la infinita. 21. 34

Esa fogata azul — by G Santos on

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Aniquilo miradas desde el suelo, una fogata azul a medio día tendrá la oportunidad de ser la tentación olvidada de un santo. Grandes s...

El tiempo — by G Santos on

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Burda la geometría de tus olvidos. El montón de años acumulados servirá para llenar tu cabeza de confusión. Una telaraña inaudita de re...

Halago verde — by G Santos on

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Desearás sentir aquellos halagos suaves y verdes del musgo, porque tu piel no será la pared de un hogar abandonado, sino la piedra d...

El polvo — by G Santos on

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Sólo el polvo sabrá tus verdades. No el tiempo ni la historia, una sencilla yerba bastará para saber que has nacido para contemplar...