Así
pues, será una lejana vibración la que precipite al recuerdo. Así
entonces, tu mirada quebrada de tantos años no soportará el embate
de una lluvia más. Aquí los ojos no sirven de mucho, porque la luz
no sirve para iluminar, sino para ocultar. Aquí el viento puede
dejar la piel del agua incólume, aún después de la explosión
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